Martes, 03 Septiembre 2024 11:39

LOS CHISMES I. DE MALETAS Y BOTONES

Escrito por

Gotas de sabiduría002

Hablar de lo que nos significan los objetos no es novedoso. De hecho, es una dinámica recurrente en los talleres de arte, por lo menos en los de performance y arte feminista. Para mí, con la edad y las ausencias, viendo cuántos objetos he guardado durante décadas de manera casi inconsciente, hacerlo se ha convertido en una necesidad.

No es la primera vez que realizo algo sobre objetos en la casa/archivo. En 2011, cuando obtuve por primera vez el Sistema Nacional de Creadores para hacer el proyecto De Archivos y Redes, en la sección Del archivo personal de Pinto mi Raya  , escribí de ciertos objetos y documentos, como esta carterita de cerillos con la cara de Luis Echeverría o de este libro de citas célebres, del que alguna vez hicimos un performance con todo y cachetada, y con el cual ahora estoy realizando un video.  Todo se entreteje.

En este texto les platico de los objetos que seleccioné para la pequeña maleta, que perteneció a Anita, mi tía abuela, de quién también conservo un abrigo rojo. Algún día seguramente haré un performance en el que use mi ropa setentera y la de mis familiares que han fallecido que conservo.  Aclaro que cada objeto tiene historias más amplias, pero como aquí el eje es el chisme, son esas anécdotas que después de tantos años aún me dan comezón.

Todavía es posible que estas historias se conviertan en videitos para Tik Tok, en obra gráfica para una gran instalación. El tiempo dirá.

tapa

Comenzaré por la tapa, en donde coloqué todo lo colgable.

1.-

boton 1

Este pequeño botón carga una tonelada de recuerdos. Lo conseguí en la mítica manifestación Take Back the Night en San Francisco en noviembre de 1978, en la que participé como asistente de Ariadne: a Social Art Network (Suzanne Lacy y Leslie Labowitz) que presentó un performance durante la marcha que incluyó un carro alegórico que de un lado tenía una virgen y del otro un borrego desollado vestido de corista de Las Vegas.  Parte de esta información la compartí en mi blog sobre la exposición Si tiene dudas… pregunte, que presenté en el MUAC en 2016, que encuentran aquí

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Pero en cuestión de chismes, les tengo dos. El primero es que a mí me pusieron a hacer la corona de la virgen en el carro alegórico, porque pensaban que, viniendo de un país católico, seguramente sabría cómo hacerlo. Me pareció un comentario un tanto cuanto prejuicioso, pero me puse a darle a la dichosa corona, que, como verán en la foto, acabó pareciendo piñata porque eso sí sabía hacer.  

El segundo recuerdo, que todavía me produce escalofríos, es que, de regreso a Los Ángeles en la camioneta de Suzanne, como ella estaba muy cansada me dijo que yo manejara. Yo no tenía experiencia en ese tipo de vehículos e iba igual de cansada, pero acepté. Hubo un momento en el que me quedé dormida por un segundo. Cabeceé y me desperté. Me espanté tanto, que la adrenalina me mantuvo despierta el resto del camino.

2.

boton 2

Este otro botón es del Feminist Studio Workshop, el programa de dos años que impartían en el Woman’s Building, la escuela de arte feminista fundada por Judy Chicago, Arlene Raven y Sheila De Brettville en Los Ángeles, California.

Como lo he platicado muchas veces, me enteré de las artistas feministas en Los Ángeles a través del #9 de la revista Artes Visuales del Museo de Arte Moderno, cuya editora era Carla Stellweg y, después de ahorrar un par de años en México, durante los cuales participé en el movimiento feminista en chilangolandia, me fui al Feminist Studio Workshop, que fue una de las mejores experiencias de mi vida.

La anécdota que acompaña a este botón es que, además de entender a fondo la discriminación hacia las mujeres, también comprendí cómo funciona la xenofobia. Un buen día organizaron un taller para analizar el racismo. También se habían hecho de clase y muchos otros temas. Yo decidí quedarme en el grupo de las “blancas” para cuestionar mi propio privilegio aquí en México. Pues resulta ser que la primera que habló fue una estudiante estadounidense jovencita y dijo que acababa de estar en México, se había subido a un camión y no le había pasado nada. Por poco me ahogo ante semejante idiotez. ¿Qué esperaba? ¿Qué la asaltaran o la violaran? En ese momento entendí que, por más que pudiera pasar por blanca en Estados Unidos, mi lugar estaba con las compañeras negras, asiáticas y chicanas. Me paré, me salí y me fui a buscarlas a la cafetería, donde estaban muy divertidas fumando y echándose un cafecito. 

Hoy la dejo aquí y ya les seguiré contando.

Mónica Mayer, septiembre 2024.

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