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          En el capítulo anterior  les conté de las mercancías para el proyecto Trato directo  en la Galería Tianguis Neza y hoy toca platicarles sobre el proceso de montar el puesto y realizar la acción de Chismes, recuerdos y uno que otro olvido que compartí con el público.

Si no tienen o paciencia, les dejo aquí el tráiler que resume la jornada. 

Poner un puesto siempre es un trabajal. Además de producir lo que se tenga que producir, hay que reunir los materiales, hacer la lista de precios y empacarlos. En esta ocasión, eso lo hicimos Víctor Lerma, Tonantzin Arreola y yo.

Luego, el mero día, Yuruen Lerma y Brenda Hernández nos ayudaron a transportar todo al lugar indicado, al que nos guio Tamara Gayol y en el que nos esperaba con todo y diablito Luis Valverde. Entre todo montamos el puesto. También nos acompañó Natalí Olac Farfán, quien documentó todo el proceso. Tanto el video, como todas las fotos, las hizo ella.

 Minutos después de empezar, realizamos el ritual del proyecto Contrato Efímero, que consistió en leer en voz alta y firmar el documento que yo misma había redactado para colgarlo a la vista. Me parece un proyecto interesante porque, curiosamente, las únicas galerías en las que he expuesto que han tenido un acuerdo firmado, han sido de artistas, como La Masmédula de Rigel Herrera, Fernando Islas y Juan Carlos Monroy, que existió a principios del milenio en el garaje de un edificio en la calle de Bucareli en la Ciudad de México.

Para mí, hacer una acción por primera vez implica un proceso de aprendizaje concentrado. Sabía el motivo por el qué había seleccionado cada objeto y de que platicaría, pero esto cambiaba radicalmente en cada interacción según qué tan en confianza me sentía con cada persona o que otra cosa recordaba.  

Con Patricia Vega, periodista, poeta y querida amiga desde los años 80 con estuve platicando un ratito, compartiendo un chorro de recuerdos.

James Oles me regaló a mí un chisme: al ver mi delantal, me dijo que alguna vez  Lola Álvarez Bravo le comentó que la iban a entrevistar tantas personas, que mejor se iba a parar afuera de su casa con un letrero y cobrando por respuesta. Bueno, creo que eso me dijo más o menos.

Mi querida Karen Cordero, cómplice, amiga y hermana, quien se sabe todos los chismes de mi vida.

Mi querida Lorena Wolffer quien además de saludar, fue a echarle ojito al puesto para ver si presenta ahí su obra pronto. Este sí es chisme caliente.

Después nos metimos de lleno al chisme y no paré en cuatro horas. Vinieron amigos y amigas queridas como Patricia Vega, Sol Henaro, Karen Cordero, Lorena Wolffer, Tonantzin Arreola, Diego Sexto, Álvaro Villalobos y James Oles. Llegó la porra familiar (Adán, Orly y Elián) a apoyar. Y pasaron quienes conocían mi trabajo y querían saludar, así como el río de gente que va a chacharear los domingos a La Lagunilla. Y, como suele suceder en este tipo de intercambios, yo compartí varios chismes, pero me platicaron muchos más.

Hubo momentos en los que me encontré compartiendo cosas muy íntimas o dolorosas que no me hubiera imaginado, aunque no faltaron las babosadas y los chistes. De igual forma, los objetos de los que no hay recuerdos, sino olvidos, me dejaban en una situación difícil con el público: ¿cómo se comparte un olvido? En ese momento quizá no supe, pero ya después se me ocurrieron varias estrategias.

De lo que no nos olvidamos fue sacarnos la foto Luis y yo con Escandalario, ese pequeño librito que hizo que se cruzaran nuestros caminos. Y, como llevé varios ejemplares, hasta estuve autografiando los que se vendían.

Ya como a las dos de la tarde empezamos a planear la retirada, por lo que completamos el ritual de Contrato Efímero: me invitaron a bajar el contrato y a hacer lo que quisiera con el contrato para meterlo a un recipiente que se sellaría.

A mí se me antojó romper el documento en pedacitos muy pequeños. Después de un rato de plano solicité apoyo y entre varias personas terminamos. Siendo como es mi trabajo y lo que me gusta invitar al público a participar en mis piezas, resultó muy adecuado (y divertido) este trabajo colectivo.

Estoy feliz de que Luis Valverde me haya invitado a su proyecto, lo que me permitió echar a andar esta nueva pieza de archivo y de pasada jugar un poco con el look pelón que traigo, que por cierto es parte del proyecto Inter Pelaciones, del que ya hay también noticias en este blog. Todo se entreteje. 

Mónica Mayer, agosto 2024

El Proyecto

Uno de los objetivos de Hablando se entiende la gente: interviniendo el archivo de Pinto mi Raya a partir del texto, la imagen y la palabra es usar el arte para reflexionar sobre los documentos y materiales en nuestro archivo.  

El proyecto se centra en las diapositivas que hemos reunido de obra nuestra o de otrxs artistas que usamos en infinidad de conferencias desde los años setenta. Sin embargo, también está diseñado para reflexionar sobre el archivo en general y para compartir otro tipo de materiales que son contenedores de información y de recuerdos.

Los chunches de Víctor y la panadera Stanhome de casa de mi mamá de años sesenta.

Han de saber que Víctor y yo casi somos acumuladores compulsivos. Él colecciona las cosas y los materiales más extraños, porque “en algún momento le van a servir”, y yo guardo objetos que tienen un significado especial para mí, aunque sean totalmente inservibles.

Para Hablando se entiende la gente empecé a detectar, documentar y escribir sobre algunos de estos objetos. Incluso propuse una instalación en una vitrina en Hija de su madre. Una exposición de Mónica Mayer que se inauguró en el Ex Convento Betlehemita en Veracruz y actualmente está en la Galería de Arte Contemporáneo en Xalapa, pero la idea estaba verde y la descarté.  

Cuando surgió la posibilidad de participar en Trato directo en la Galería Tianguis Neza, entendí que esa era la mejor salida: en La Lagunilla se venden objetos cuyas historias se han perdido y yo llevaría objetos parecidos, pero solo vendería sus historias.  

Mi pocillo de café viene de casa de mi mamá, allá por los años 60.

Los objetos que más me sorprenden son los que me han acompañado toda la vida, como el pocillo en el que preparamos café o una vieja panadera de Stanhome, que eran de casa de mi mamá. Están todos dados al catre, pero no me puedo deshacer de ellos.

Y las preguntas surgen: ¿Hasta dónde son parte del archivo estos objetos? ¿Cómo los convierto en parte del archivo?  

Yo lo veo así: el archivo se comió a nuestra casa, por lo que cualquier cosa dentro de ella también tiene derecho a reclamar que es parte del archivo.

Y, bueno, hay diversas maneras en las que se me ocurre cómo transformarlos oficialmente en archivo, y todas involucran al arte. El tianguis en La Lagunilla, en el que hice una acción vendiendo y chismes de estos objetos, así como mercancía de otros proyectos de Pinto mi Raya, sería el primer acercamiento.

LA MERCANCÍA

En Tlatelolco, 2009, SITAC VII

En Pinto mi Raya hemos participado en muchos puestos o stands en foros, ferias de arte o de publicaciones artísticas, desde el año 2000, cuando se llevó a cabo el primer SITAC (Simposio Internacional de Teoría sobre Arte Contemporáneo) y nosotros pusimos una mesa con algunos de nuestros proyectos hemerográficos. Como saben, entre 1991 y 2016 guardamos todos los textos de opinión sobre artes visuales en los principales periódicos y blogs (a partir de 2008) y eventualmente empezamos a realizar compendios temáticos.

Poco a poco reunimos más temas y ya para la primera edición de Zona Maco en 2002, nos lanzamos a poner un puesto.   

Posteriormente, cuando Yuruen Lerma y Brenda Hernández abrieron Criticón y comenzaron a producir objetos (tazas, camisetas, etc.) con motivos feministas, nos aliamos con ellas y empezamos a producir una amplia línea de productos relacionados a nuestros proyectos artísticos, mismos que se vendieron en la feria varios años. Era una manera de transformar nuestros proyectos artísticos en objetos de la vida diaria accesibles a todas las personas.

Eventualmente expusimos todos estos objetos con sus historias en la muestra Tianguis de C.A.C.A.O. (Cooperativa Autónoma de Comercio Artístico de Obras) en el Museo Universitario del Chopo. En mi blog De Archivos y Redes pueden encontrar más información. 

Por último, en 2016, cuando se llevó a cabo Si tiene dudas… pregunte. Una exposición retrocolectiva de Mónica Mayer en el MUAC, quise seguir jugando con la idea de obras que transitan en diversos espacios, aún en el mismo museo, por lo que Karen Cordero, quien fue la curadora de la exposición, y yo planteamos que hubiera algunas obras en distintos espacios del museo, incluyendo el archivo y la tienda.

De entrada, pusimos muchos de los objetos que vendíamos en los puestos en ferias en la tienda del museo, pero incluso estaba a la venta a precio accesible esta veladora de Pinto mi Raya, que se exponía como pieza en sala de exposición.  

Y, pues sí, al Tianguis llevamos los chismes del archivo/casa y los objetos de los proyectos de Pinto mi Raya, de los cuales también relaté algunas historias y conté uno que otro chisme.

En la próxima entrega les platicaré de los objetos y sus chismes.

Mónica Mayer, agosto 2024

          Hace un año, por ahí de agosto de 2023, Luis Valverde me escribió para invitarme a participar en la Galería Tianguis Neza, que es un puesto en La Lagunilla al que convoca a diferentes artistas a exponer los domingos. En sus propias palabras “es un proyecto de arte que responde a los cuestionamientos sociales que genera el mercado del arte” cuyo objetivo es “socializar el arte a través de un trabajo colaborativo con artistas, curadores y promotores de arte.”

Como apasionada de los espacios independientes o alternativos de artistas, y más si el espacio mismo es un proyecto artístico, desde un principio me entusiasmó la idea de participar. Sin embargo, entre que estoy produciendo a todo vapor para mi proyecto del Sistema Nacional de Creadores de Arte, que estaba preparando e inaugurando mi exposición Hija de su Madre en Veracruz y luego en Xalapa, que me dio COVID y que de plano no encontraba exactamente cómo participar, le di largas a Luis durante meses.

Mi joven colega resistió y siguió insistiendo. Me escribía cada dos o tres meses. En alguna ocasión que de nuevo me negué y ya hasta me daba pena, Luis me contestó “Todo con calma porque hay alma…”, lo cual me llamó mucho la atención. No sé si sea un dicho, pero si no lo es, debería de serlo porque, en efecto, es la esencia de que una obra o cualquier proyecto sea el resultado de un proceso y no solo un compromiso. 

De repente, a finales de junio, me cayó el veinte que podía combinar mi proyecto del SNCA con el de la Galería Tianguis Neza y santo remedio. El largo proceso cuajó y se armó en un dos por tres. Luis me escribió el 28 de junio, el 9 de julio él y Tamara Gayol Massimi vinieron a la casa a platicarme más a fondo de lo que querían y me fui con ellos al tianguis el domingo 21 de ese mismo mes. Participaría en el puesto de Luis en Trato Directo y ahí mismo en el proyecto de Tamara, que se llama Contrato efímero y reflexiona sobre las extrañas y complejas relaciones entre artistas y galeristas.

Foto Tamara Gayol                                                       Foto Víctor Lerma

Ese día, aunque ya me lo había mencionado en los correos, también entendí que para Luis era importante que yo participara en su proyecto, porque mi libro Escandalario: Los artistas y la distribución del arte había sido significativo al idear un espacio como la Galería Tianguis Neza. Me mencionó que incluso su ejemplar ya estaba todo destartalado de tanto hojearlo. De ahí su insistencia y su paciencia.  Con todo lo que les platiqué en mi texto anterior, se pueden imaginar que para mí esto es un gran regalo: mi pequeño librito que llegó en un momento tan difícil, que recibió una mención sin mencionar mi nombre y que casi no se había vendido, el patito feo de todos mis libros, había servido de algo. 

Mónica Mayer

Agosto 2024

En 2006, publiqué mi libro Escandalario: los artistas y la distribución del arte, que pueden leer de manera gratuita picándole al título. Al pobre le fue como en feria y se convirtió en el patito feo de mis libros.

Quizá el problema fue que le puse por nombre Escandalario, que era una galería de autor que, allá por 1986-7 iba a ser y nunca fue. Como digo en la introducción del libro:

“A finales de los ochenta, Maris Bustamante, Rubén Valencia, Luis Soto, Alberto Gutiérrez Chong, Elena Hernández, Víctor Lerma empezamos a idear un espacio alternativo que nunca despegó. Fue un expediente más en ese archivero lleno de proyectos fallidos que todos hemos tenido. Solamente llegar al nombre, Escandalario, nos tomó casi un año y no les gustaba a todos.”

Recuerdo la experiencia con cariño porque nos reuníamos los sábados y pasábamos horas discutiendo lo que sería el espacio. Hicimos una venta de garaje para reunir fondos, porque todo salía de la nada. Siempre había niños presentes: las hijas de Alberto y Elena, las de Maris y Rubén y los nuestros. En algún momento también se acercó Adolfo Patiño, pero mejor abrió La Agencia en 1987.

La excusa para que tronara el proyecto fue que la galería estaría en la planta baja de un departamentito independiente en nuestra casa, donde dábamos talleres. El estudio de Víctor estaba arriba. Un buen día, de la nada, nuestros socios dijeron que teníamos que usar ambos pisos como galería. De plano nos negamos. Era nuestro espacio de trabajo. Maris y yo tratamos de encontrar otro lugar, pero era una causa perdida porque no teníamos lana. Seguramente había otro tipo de problemas que no supimos enfrentar.

En 1990, Víctor y yo nos lanzamos a abrir la galería de autor Pinto mi Raya por nuestra cuenta.

Pero esta no fue la única desventura de Escandalario. El pequeño librito, que hice con el apoyo de Fundación Bancomer, el FONCA y Ex Teresa, y que editó avjEdiciones, se publicó en 2006, que fue un año durísimo para nosotros. A Víctor le descubrieron cáncer de colon a finales de 2005 y estuvo más de un mes en el hospital porque después de la operación tuvo peritonitis y casi se muere. Nos pasamos todo el 2006 entre la radio y la quimio, para rematar con otra gran operación a finales de 2006 por una oclusión. Escandalario era en lo que menos pensaba, aunque había que cumplir con el compromiso. Nunca pude disfrutarlo, aunque tuvo reseñas, notas y entrevistas de Edgardo Ganado Kim, Samuel Mesinas, Pancho López, Antonio Espinoza, Edgar Hernández y Miguel Ángel Ceballos.

Ese año logramos tener una presentación en Ex Teresa en la que participamos: Lucina Jiménez, Alberto Híjar, Luis Orozco, Juan Carlos Jaurena y yo.  El texto de Jaurena y el de Hijar, quien no pudo llegar, se publicaron en La Pala.

A mí se me aguó la fiesta porque Víctor estaba tan agotado por la quimio que no asistió.

Por último, como dice en la introducción al libro, este “obtuvo una mención de honor en el Premio Nacional Lulis Cardoza y Aragón para Crítica de Artes Plásticas 2004, convocado por el INBA, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de Nuevo León y la Universidad Autónoma de Nuevo León”. Esto me debería haber hecho muy feliz, pero, “en la inserción publicada en El Universal el domingo 21 de noviembre de 2004, en la que se daban los resultados del concurso no pusieron mi nombre y nunca logré que me dieran algún documento que acreditara tal mención”. La excusa era que se participaba con seudónimo y la identidad de quienes participaban venía en sobre cerrado y sólo se abría la de quien ganaba, no así las menciones. Eso sí, como menciono en el libro, pasé  “varias horas de risa incontrolable ante el surrealismo de la burocracia cultural mexicana que da una mención sin mencionar a la mencionada”.

Bajo estas circunstancias, el libro, con un tiraje de 1000 libros, casi no se vendió y acabamos regalando la mayoría de los ejemplares. Todavía tengo como 300.

Pero recientemente me pasó algo retequebonito, que reivindicó ante mis ojos la tortuosa esperiencia del dichoso Escandalario. Se las contaré por este mismo canal, en unos cuantos días. 

Mónica Mayer

Julio 2024

No sé cuándo se me empezó a antojar, pero ya llevaba meses diciendo que, cuando cumpliera 70 años, me iba a rapar.

Fotos Yuruen Lerma

Incluso ya lo había platicado con Olga Valencia, a quien conocí gracias al Apapacho Estético, el performance que hice con las Brigadas de Belleza Itinerante y otras personas en el MUAC cuando expuse ahí en 2016.  

 Foto Orly Cortés.

Tampoco sé por qué me dieron ganas de quedarme pelona. ¿Sería que veía a mi hijo y a mi esposo pelones y me parecía comodísimo? ¿Era un homenaje a la cantante irlandesa Sinead O’Connor a quién tanto admiré o a mi abuelo Ángel, a quien su propio perico le gritaba al llegar a casa: “ya llegó el pelón, cabeza de jícara?" ¿Se trataba del acto de rebeldía que no logré hacer de adolescente cuando mi cabello me llegaba hasta mi cintura? ¿O todo venía de la sorpresa de ver una foto mía de bebé, totalmente pelona y seria, que estaba en el archivo de mi tía Trixie? El archivo… siempre el archivo.

Como haya sido la cosa, el 16 de marzo de 2024, cumplí 70 años, enfrenté mis ñáñaras y ¡ZAZ! que me rapo. No fue el mero día de mi cumpleaños porque el 4 de abril inauguraba Hija de su madre: una exposición de Mónica Mayer en el Exconvento Betlehemita en Veracruz y no quería asolearme de más la pelona. Según yo, lo haría a mi regreso, pero a Víctor y a mí nos dio COVID por primera vez y tardé un rato en recuperarme. Por fin, lo logré el 28 de mayo, justo a tiempo para que me creciera un poco el cabello antes de inaugurar la segunda parada de la expo en la Galería de Arte Contemporáneo de Xalapa.

Foto Natalí Olac Farfán

Aunque celebré mi cumple en familia y con amigos cercanos, esta acción fue mi verdadera fiesta de cumpleaños, mi regalo para mí misma.

 Foto: Yuruen Lerma  

 Foto Natalí Olac Farfán

Las invitadas, cómplices y colaboradoras, fueron Olga Valencia (con todo y rasuradora eléctrica), Natalí Olac Farfán y Yuruen Lerma Mayer (equipadas con sus cámaras) y Víctor Lerma, cuya presencia y apoyo siempre son indispensables. Nos pasamos dos horas muertas de la risa.

Foto Yuruen Lerma  

Foto Natalí Olac Farfán

Empezamos tempranito, a las 9 de la mañana y, como se imaginarán, salió un titupuchal de documentación, que será la base para un proyecto colectivo, ue quizá se llame inter-Pelación, entre Yuruen, Natalí y yo del que ya les platicaré.

          El proyecto Las artistas del pasado recupera, desempolva y reempaqueta una conferencia de 1979 que ha estado guardada mucho tiempo en mi archivo, en donde estaban las diapositivas y el guion y ahora viaja libremente por las redes sociales.

La primera idea fue hacer una cuenta de Instagram con cada una de las diapositivas de la conferencia, porque juntas parecían una guarda de diapositivas.

Al empezar a trabajar, fue evidente que el guion no podía fragmentarse de esa manera y, junto con Tonantzin Arreola, quien se encargó de la edición de los videos, optamos por reunir una o más diapositivas en pequeños videos de acuerdo a los temas. Salieron 29 videos, más la introducción y los encuentran aquí. A diferencia del orden normal de Instagram, en este proyecto se siguió la organización de las guardas y la primera “diapositiva” está hasta arriba y hay que moverse hacia abajo para que seguir el orden. 

          Trabajar pequeños videos resultó perfecto porque desde el año pasado empecé a utilizar TikTok para difundir las piezas de Hablando se entiende la gente, y noté que decido si quiero ver o no un video en menos de diez segundos, por lo que entendí que, entre más breves sean, mejor. Si quieren ver la conferencia en TikTok, la encuentran aquí.

 Naturalmente no podía dejar afuera a FB, que es en donde habito desde 2008. Ahí he ido subiendo los videos poco a poco, con la enorme ventaja de que, como es el espacio en el que cuento con más amigxs y seguidorexs, el material se ha ido compartiendo en otras páginas. Aquí lo encuentran

Así mismo, quien quiera ver todo el material reunido en un solo video, está la versión para Youtube aquí.

En X empiezo a subir el material. Lo pueden consultar aquí.

Por último, les dejo la liga a mi texto Lo que sentí la primera vez que vi esas diapositivas, aquí en este mismo blog. Sus comentarios siempre serán muy bienvenidos.  

Mónica Mayer, julio 2024

          Como les comenté en mi texto, DE NUBES, MUERTOS Y RECUERDOS realicé la primera serie de nubes después de la muerte de mi mamá en 1980.  Excepto por este dibujo que siempre ha estado colgado en los muros de la casa en la que viva, el resto se expusieron una vez en aquella época y luego se quedaron guardaditos.

 Helen Escobedo, 2022

En 2022, en pleno encierro y ante tanta muerte por la pandemia, pensé mucho en todas las personas queridas que se me han muerto y sentí de nuevo aquella orfandad que me produjo el fallecimiento de Doña Lilia, por lo que empecé una nueva serie de pequeñas nubes en honor a todas ellas.

En ese momento no me quedaba claro por qué quería hacer más nubes, pero a la distancia, todo tiene sentido: he estado haciendo obra a partir de archivos desde 2011, cuando empecé mi proyecto De Archivos y Redes. Me apasiona el tema de la memoria y, quizá por vieja, mis brincos hacia el pasado son constantes.

Nube III, 1980, Colección Víctor Mayer

Por otro lado, ante la imposibilidad de salir, suspendí mis proyectos de práctica social que no podían realizarse virtualmente, y me dediqué al dibujo… que tenía bastante abandonado. Aparte de interesarme artísticamente, esta actividad me servía para concentrarme en la acción de dibujar, lo que disminuía mi angustia… igual que cuando hice las primeras nubes.  

Pero no es lo mismo una nube, que 45 años después. La primera diferencia es que, gracias a la tecnología, hoy trabajo de otra manera y uso las redes para desarrollar las piezas, como es el caso de obras como Abrazos, en la que conseguimos el material para el performance a través de lo que compartieron con  nosotros nuestras amistades en Facebook, o Maternidades secuestradas, que se produjo obteniendo respuestas principalmente a través de Twitter.

En el caso de las nubes, el aislamiento de la pandemia me permitió/obligó a volver a dibujar y Facebook se convirtió en el espacio idóneo para compartir el proceso de las obras. A diferencia de las primeras nubes que tuvieron poca exposición, esta nueva serie se gestó públicamente.

Poco antes había realizado mi proyecto Las Dibujas (cuyo verdadero nombre es Afueras: un proyecto a la deriva) de la misma manera. Aquí pueden ver cómo se desarrolló: dibujos que luego se convierten en una instalación y por último pasan a ser una acción en colaboración con mi hija Yuruen Lerma, materiales que se nutren de la interacción con el público.

Esta pieza se presentó e en Hija de su madre: una exposición de Mónica Mayer en el Ex convento Betlehemita en Veracruz en abril de 2024, dando cuenta de sus distintos elementos (performance, dibujos, obra hecha por mí, obra en colaboración con Yuruen, etc). En este montaje, el proceso ES la obra.  

Al empezar a trabajar Las nubes, simplemente dejé fluir las ideas. Como con otras obras, supe que ese era el inicio de una serie, pero no tenía idea cuál sería el resultado final, por lo que empecé a compartir en Facebook dibujos aún sin terminar. De alguna manera, la interacción me alentaba a seguir, a aclarar mis ideas y a sentirme menos aislada.

La primera salida de las nubes como producto terminado fue en Ancestras, una exposición internacional, multidisciplinaria organizada por mi querida Sonia Félix Cherit en Casa de Engracia en Zacatecas. Las obras se presentaron por Facebook y mi participación fue el 21 de marzo de 2022. En este caso, por el tema, hice una selección de nubes para las mujeres de mi familia que ya habían muerto. La salida fue un pequeño video hecho a través de zoom (que apenas empezaba a conocer), en el que hablo de mis ancestras a través de un Power Point, como si fuera conferencia.  

La serie siguió creciendo y el formato transformándose: los pequeños dibujitos se integraron a otros más grandes. Presenté una selección más amplia de estas nubes en Hija de su madre: una exposición de Mónica Mayer en el Ex Convento Betlehemita en la ciudad de Veracruz en abril del 2024.

Curada por Yuruen Lerma Mayer y Marisol García Walls, el tema de la exposición fue la familia, por lo que se presentaron algunas de las nubes que hice en recuerdo de mi madre, y las de las personas de mi familia que ya fallecieron.

Estos diecisiete dibujos, con su sencillo marco negro, se montaron como si fueran una nube sobre el muro. 

Cabe mencionar que, como parte de esta exposición, en la que hay varias colaboraciones, ambién se presentó un bellísimo video que realizó mi querida Magali Lara después de ver diversos materiales y recuerdos sobre mi mamá que compartí a través de Facebook. Su pieza utiliza mis textos y dibujos, incluyendo alguno de las nubes que hice tras su muerte. Aquí lo pueden ver el video de Magali.

De momento no sé si ya terminé de dibujar sobre este tema o no, pero, habiendo rescatado las diapositivas de las primeras nubes y una vez que se montaron y expusieron por primera vez las nubes recientes, creo que algo nuevo saldrá. Por lo pronto, aquí les dejo a Las Nubes, todas ellas terminadas en 2024.

Mónica Mayer, junio 2024 

Fotografía: Yuruen Lerma.

Trabajar mi propio archivo siempre es una aventura que me confronta con la fragilidad de mi memoria.

Como saben, estoy trabajando sobre las diapositivas setenteras en nuestro archivo y ahorita específicamente en las diapos de una conferencia de mujeres artistas del Siglo XII al Siglo XX que ha nutrido muchas de las pláticas que he dado a lo largo de los años.

Según yo, estas diapositivas me las habían dado en el Woman's Building con todo y su guion: así como para salir a conquistar al mundo hablando del tema por todos lados. Yo solita me inventé una historia que repetí en muchas conferencias.

También pensaba que podía haber sido una investigación de las historiadoras Ruth Iskin o Arlene Raven ya que ambas trabajaban en aquella mítica escuela de Arte en Los Ángeles, y que seguramente estaba en gran parte basada en el libro Women Artists 1550-1950 de Ann Sutherland Harris y Llinda Nochlin, que era de los pocos publicados sobre el tema en ese momento. Además, en cierto momento empecé a “recordar” que había traído estos materiales a México en 1976, después de la primera vez que fui al Woman’s Building a un taller de dos semanas.

Cartel diseñado por Mónica Mayer.

Hace unos días me entró la duda porque cuando regresé de aquel viaje presenté mi primera conferencia en México. Venía tan entusiasmada, que Juana Gutiérrez y Armando Torres Michúa, mis maestros de historia del arte, me sugirieron que diera una plática y me vieron tan aterrada ante la idea de hacerlo, que ofrecieron acompañarme y hablar sobre mujeres artistas a lo largo de los siglos. En aquella plática en el auditorio de la Antigua Academia de San Carlos, cede entonces de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM, nos sentamos sobre el escritorio los tres para que todo fuera más informal y pusieron algunas velas para que no estuviera yo tan nerviosa. No sé si ellos mostraron imágenes, pero sí estoy segura que yo no presenté esa conferencia que supuestamente había traído del Woman’s Building porque hubiera sido absurdo: ellos sí eran historiadores del arte y estaban ahí para hablar de eso.

Foto Ana Victoria Jiménez.

Me puse a recordar dónde había dado esa conferencia y el único lugar que tenía claro, con documentos probatorios y todo, era el Museo Carrillo Gil, durante mi proyecto Traducciones: un diálogo internacional de Mujeres Artistas a finales de 1979. Y, pues ni modo, a revisar todo el expediente. Si se fijan en la foto de arriba, en la esquina derecha de abajo está la invitación a la conferencia en el museo que fue el 13 de diciembre de 1979 y se llamó La participación de las mujeres en el arte.

Foto Ana Victoria Jiménez

Resulta ser que la conferencia la preparó Jo Goodwin (chaleco rojo) quien, junto con Denisse Yarfitz (sentada atrás de Jo) y Florence Rosen (parada), vinieron conmigo a México a dar una serie de talleres y pláticas y a conocer el trabajo de artistas mexicanas, para después regresar a Estados Unidos para difundir información sobre las artistas mexicanas.  

Foto Ana Victoria Jiménez

Tuvimos un muy público esa noche.

Por lo pronto, gracias al archivo ya tengo la respuesta a mis dudas sobre estas diapositivas que están en proceso de convertirs⇐e en un par de piezas de las que ya les platicaré. 

Revisando el guion original de la conferencia, me dio mucha ternura que venía con todo e instrucciones de cómo presentarla. Antes de empezar, Jo me recuerda que comparta los límites de la investigación: en otras palabras, que básicamente era sobre pintoras europeas. Sabia mujer. Y, si, incluso entonces todas teníamos muy claro que había una narrativa hegemónica que era importante cuestionar.

Más adelante, como se ve hasta abajo, me confiesa que ya está agotada. Según el reporte general del proyecto en mi archivo, que seguramente hice porque el proyecto Traducciones fue parte de mi tesis de maestría llamada Feminist Art: An Effective Political Tool, escribo que la conferencia sobre las artistas del pasado la hizo principalmente Jo con ayuda de las demás y que yo la traduje y leí.

En fin. El misterio de cómo llegaron estas diapositivas ya está resuelto. Habrá que ver que otros encuentro.  

Mónica Mayer, 23 de abril de 2024.

Hace muchos años, allá por 1981, vino a México el artista australiano Stelarc a presentar una de sus famosas Suspensiones en el Espacio Escultórico de la UNAM.  

Ahora que estoy revisando las diapositivas en el Archivo de Pinto mi Raya, como parte de mi proyecto Hablando se entiende la gente: interviniendo el Archivo Pinto mi Raya a partir del texto, la imagen y la palabra, aparecieron las fotos que tomé durante la preparación de la pieza, mismas que retomo para hacer un breve video relatando mi experiencia de aquella extraordinaria pieza.  

El video lo pueden ver aquí.

Lo que más me impactó cuando vi estas diapositivas es lo claro que tengo (o lo claro que creo tener) el recuerdo de ese día en mi mente, siendo que tantas otras cosas ya se me han olvidado.  

 Fotos: Mónica Mayer

Mónica Mayer 23 de febrero de 2024

El año empezó tan movido, que no he tenido tiempo de sentarme a escribir en este blog y menos de recorrer a fondo el gran lote de diapositivas y documentos digitalizados que me entregó Brenda a finales del año pasado: desde entonces he estado clavada preparando una exposición individual que tendré próximamente en Veracruz y después en Jalapa. Ya les contaré. Entre acabar los dibujos que faltaban, restaurar obra, reenmarcar, enmarcar, producir algunas piezas y buscar todo lo necesario en el archivo, no hemos parado. Esta exposición, que se llamará Hija de su madre y cuya curaduría está a cargo de Marisol García Walls y Yuruen Lerma Mayer, me tiene muy entusiasmada porque analiza la relación de mi obra con el tema de la familia, que ha sido una constante de muy diferentes maneras a lo largo de las décadas. Como la expo en Veracruz inaugura a principios de abril, tuve que dejar todo eso listo antes de sentarme a ver las diapositivas, hasta ahora.

Lo primero que me llamó la atención de los materiales digitalizados fue ver juntas, después de tantos años, las dos conferencias que incluí como parte de mi tesis de maestría en Goddard College que se llamó Feminist art: An Effective Political Tool y en la cual la artista Suzanne Lacy fungió como mi asesora.

La primera se llamó Feminist Art: The Personal and The Political y ya estoy desarrollando algunas ideas de cómo presentarla hoy en día. La segunda fue la conferencia de mi proyecto Traducciones: un diálogo internacional de mujeres artistas. Con ésta última ya había trabajado desde mi exposición en el MUAC en 2016 y aquí pueden ver la reactivación de la pieza.

También se escaneó la tesis original, que escribí en mi máquina portátil, y, naturalmente, me puse a releerla. La primera parte incluye la introducción y capítulos sobre el Arte en la sociedad capitalista, las Mujeres y el arte, El Arte Feminista y su relación con la Sociedad, el Arte Feminista, Lo personal y lo Político, Antecesoras del arte Político y la Educación artística. Estoy considerando compartirla por aquí ya que me parece un documento de interés para quienes estudian el arte feminista en nuestro país. Ya veremos.

La segunda parte son los guiones de las conferencias antes mencionadas junto con pequeñas reproducciones de las imágenes y la tercera parte consiste en una serie de cartas que le escribí a mujeres con las que trabajé en los distintos proyectos que realicé para esta tesis. Y por último están las conclusiones. La verdad es que empezar a releer ese texto de 256 páginas, de hace tantas décadas me conmueve y me muestra claramente porqué pienso lo que pienso hoy, aunque también hay ideas que he desechado o han evolucionado con el tiempo. Por otro lado, me sorprende y agradezco que, con lo rígido que suele ser el medio académico, en aquel momento plantee un formato de tesis que era congruente con mi producción y con lo que planteaba teóricamente y me lo aceptaron.

Tepito Arte Acá                                                                     Proceso Pentágono

No Grupo                                                                          Grupo Suma

Fotos Víctor Lerma, excepto la de Grupo Suma que no estoy segura si la tomó Víctor o ellos nos la dieron.

Entre las diapositivas también están las de los artistas de la Generación de los Grupos que usamos Víctor Lerma y yo en una gira de conferencias que dimos por varios países europeos en 1980. De esa ya platicaré más a fondo, pero había trabajo de Tepito Arte Acá, Proceso Pentágono, el No Grupo, Germinal, Suma, etc.

Foto Adolfo Patiño

También encontramos estas diapositivas de un performance a finales de los setenta que hace Carla Rippey y documenta Adolfo Patiño que me encanta.

Foto: Mónica Mayer

Por último, apareció toda una serie de fotografías de Stelarc, el artista australiano que vino a hacer una de sus Suspensiones al Espacio Escultórico en 1980, de las cuales les platicaré más a fondo en unos días porque me trajo muchísimos recuerdos de aquél inolvidable momento.

Mónica Mayer. Enero 2024.