Mostrando artículos por etiqueta: ARTE FEMINISA,

El Proyecto

Uno de los objetivos de Hablando se entiende la gente: interviniendo el archivo de Pinto mi Raya a partir del texto, la imagen y la palabra es usar el arte para reflexionar sobre los documentos y materiales en nuestro archivo.  

El proyecto se centra en las diapositivas que hemos reunido de obra nuestra o de otrxs artistas que usamos en infinidad de conferencias desde los años setenta. Sin embargo, también está diseñado para reflexionar sobre el archivo en general y para compartir otro tipo de materiales que son contenedores de información y de recuerdos.

Los chunches de Víctor y la panadera Stanhome de casa de mi mamá de años sesenta.

Han de saber que Víctor y yo casi somos acumuladores compulsivos. Él colecciona las cosas y los materiales más extraños, porque “en algún momento le van a servir”, y yo guardo objetos que tienen un significado especial para mí, aunque sean totalmente inservibles.

Para Hablando se entiende la gente empecé a detectar, documentar y escribir sobre algunos de estos objetos. Incluso propuse una instalación en una vitrina en Hija de su madre. Una exposición de Mónica Mayer que se inauguró en el Ex Convento Betlehemita en Veracruz y actualmente está en la Galería de Arte Contemporáneo en Xalapa, pero la idea estaba verde y la descarté.  

Cuando surgió la posibilidad de participar en Trato directo en la Galería Tianguis Neza, entendí que esa era la mejor salida: en La Lagunilla se venden objetos cuyas historias se han perdido y yo llevaría objetos parecidos, pero solo vendería sus historias.  

Mi pocillo de café viene de casa de mi mamá, allá por los años 60.

Los objetos que más me sorprenden son los que me han acompañado toda la vida, como el pocillo en el que preparamos café o una vieja panadera de Stanhome, que eran de casa de mi mamá. Están todos dados al catre, pero no me puedo deshacer de ellos.

Y las preguntas surgen: ¿Hasta dónde son parte del archivo estos objetos? ¿Cómo los convierto en parte del archivo?  

Yo lo veo así: el archivo se comió a nuestra casa, por lo que cualquier cosa dentro de ella también tiene derecho a reclamar que es parte del archivo.

Y, bueno, hay diversas maneras en las que se me ocurre cómo transformarlos oficialmente en archivo, y todas involucran al arte. El tianguis en La Lagunilla, en el que hice una acción vendiendo y chismes de estos objetos, así como mercancía de otros proyectos de Pinto mi Raya, sería el primer acercamiento.

LA MERCANCÍA

En Tlatelolco, 2009, SITAC VII

En Pinto mi Raya hemos participado en muchos puestos o stands en foros, ferias de arte o de publicaciones artísticas, desde el año 2000, cuando se llevó a cabo el primer SITAC (Simposio Internacional de Teoría sobre Arte Contemporáneo) y nosotros pusimos una mesa con algunos de nuestros proyectos hemerográficos. Como saben, entre 1991 y 2016 guardamos todos los textos de opinión sobre artes visuales en los principales periódicos y blogs (a partir de 2008) y eventualmente empezamos a realizar compendios temáticos.

Poco a poco reunimos más temas y ya para la primera edición de Zona Maco en 2002, nos lanzamos a poner un puesto.   

Posteriormente, cuando Yuruen Lerma y Brenda Hernández abrieron Criticón y comenzaron a producir objetos (tazas, camisetas, etc.) con motivos feministas, nos aliamos con ellas y empezamos a producir una amplia línea de productos relacionados a nuestros proyectos artísticos, mismos que se vendieron en la feria varios años. Era una manera de transformar nuestros proyectos artísticos en objetos de la vida diaria accesibles a todas las personas.

Eventualmente expusimos todos estos objetos con sus historias en la muestra Tianguis de C.A.C.A.O. (Cooperativa Autónoma de Comercio Artístico de Obras) en el Museo Universitario del Chopo. En mi blog De Archivos y Redes pueden encontrar más información. 

Por último, en 2016, cuando se llevó a cabo Si tiene dudas… pregunte. Una exposición retrocolectiva de Mónica Mayer en el MUAC, quise seguir jugando con la idea de obras que transitan en diversos espacios, aún en el mismo museo, por lo que Karen Cordero, quien fue la curadora de la exposición, y yo planteamos que hubiera algunas obras en distintos espacios del museo, incluyendo el archivo y la tienda.

De entrada, pusimos muchos de los objetos que vendíamos en los puestos en ferias en la tienda del museo, pero incluso estaba a la venta a precio accesible esta veladora de Pinto mi Raya, que se exponía como pieza en sala de exposición.  

Y, pues sí, al Tianguis llevamos los chismes del archivo/casa y los objetos de los proyectos de Pinto mi Raya, de los cuales también relaté algunas historias y conté uno que otro chisme.

En la próxima entrega les platicaré de los objetos y sus chismes.

Mónica Mayer, agosto 2024

No sé cuándo se me empezó a antojar, pero ya llevaba meses diciendo que, cuando cumpliera 70 años, me iba a rapar.

Fotos Yuruen Lerma

Incluso ya lo había platicado con Olga Valencia, a quien conocí gracias al Apapacho Estético, el performance que hice con las Brigadas de Belleza Itinerante y otras personas en el MUAC cuando expuse ahí en 2016.  

 Foto Orly Cortés.

Tampoco sé por qué me dieron ganas de quedarme pelona. ¿Sería que veía a mi hijo y a mi esposo pelones y me parecía comodísimo? ¿Era un homenaje a la cantante irlandesa Sinead O’Connor a quién tanto admiré o a mi abuelo Ángel, a quien su propio perico le gritaba al llegar a casa: “ya llegó el pelón, cabeza de jícara?" ¿Se trataba del acto de rebeldía que no logré hacer de adolescente cuando mi cabello me llegaba hasta mi cintura? ¿O todo venía de la sorpresa de ver una foto mía de bebé, totalmente pelona y seria, que estaba en el archivo de mi tía Trixie? El archivo… siempre el archivo.

Como haya sido la cosa, el 16 de marzo de 2024, cumplí 70 años, enfrenté mis ñáñaras y ¡ZAZ! que me rapo. No fue el mero día de mi cumpleaños porque el 4 de abril inauguraba Hija de su madre: una exposición de Mónica Mayer en el Exconvento Betlehemita en Veracruz y no quería asolearme de más la pelona. Según yo, lo haría a mi regreso, pero a Víctor y a mí nos dio COVID por primera vez y tardé un rato en recuperarme. Por fin, lo logré el 28 de mayo, justo a tiempo para que me creciera un poco el cabello antes de inaugurar la segunda parada de la expo en la Galería de Arte Contemporáneo de Xalapa.

Foto Natalí Olac Farfán

Aunque celebré mi cumple en familia y con amigos cercanos, esta acción fue mi verdadera fiesta de cumpleaños, mi regalo para mí misma.

 Foto: Yuruen Lerma  

 Foto Natalí Olac Farfán

Las invitadas, cómplices y colaboradoras, fueron Olga Valencia (con todo y rasuradora eléctrica), Natalí Olac Farfán y Yuruen Lerma Mayer (equipadas con sus cámaras) y Víctor Lerma, cuya presencia y apoyo siempre son indispensables. Nos pasamos dos horas muertas de la risa.

Foto Yuruen Lerma  

Foto Natalí Olac Farfán

Empezamos tempranito, a las 9 de la mañana y, como se imaginarán, salió un titupuchal de documentación, que será la base para un proyecto colectivo, ue quizá se llame inter-Pelación, entre Yuruen, Natalí y yo del que ya les platicaré.